Quiero pedir disculpas en primer lugar a aquellas personas
que me siguen, no sé si muchas o pocas. Los Blogs son un poco como las
películas, no hay contacto con el espectador a diferencia del teatro, donde esa
interacción si existe.
Hoy me he decidido a escribir gracias a uno de mis lectores
anónimos que me ha animado a hacerlo. Me ha supuesto pensar en que no hay tanta
soledad en los escritores, como bien decían algunos autores que firmaban sus
obras en la reciente feria del libro, y que se animaban al ver su literatura
desde dentro, algo así expresaban, cuando podían hablar con los propios
lectores que los leían, y que podían así opinar en vivo y en directo de sus
obras.
Reconfortante por tanto cuando uno se siente escuchado, y
también algo valorado, cuando se observa que las opiniones no caen en terreno baldío
y se puede aprovechar algo de lo que digo o expreso.
Quizás sea todo esto un síntoma de nuestro presente: nos
sentimos muy solos. Solos en un mundo dominado por las comunicaciones, internet,
los chat, el wasap, etc. Pero las redes sociales hacen que todo el mundo esté
conectado, pero cada uno en su casa. ¿Realmente creen que nos relacionamos más?
Mi experiencia me dice que no, por diversos impedimentos: uno de ellos quizás
uno de los principales, sean los horarios. Somos el único país que termina de
trabajar a las 8 de la tarde, más o menos, y no porque seamos el país más
trabajador. Dicen que influye el clima y sobre todo aquella costumbre de los
años 60, del pluriempleo, hacían falta dos trabajos para salir adelante. Hoy en
día trabaja la pareja para sacar también dos sueldos que cada vez son más
imprescindibles. Nuestros horarios impiden que se favorezcan no solo las
relaciones sociales, sino también las familiares. Ejercer de padres supone
estar con los hijos para educarlos, no encargar a otros que lo hagan. Los
abuelos no están para eso y los colegios tampoco; el niño “maleducado” tendrá
problemas en el colegio con toda seguridad.
Trabajemos más a mediodía y menos por la tarde, recuperemos
la tarde para nosotros, nuestra familia y para relacionarnos. Lo social es
nuestro principal problema.
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