viernes, 16 de septiembre de 2016

MAYEUTICA Y TERAPIA

Tengo un buen amigo, al que tengo un poco abandonado y al que dedico este artículo, que es ginecólogo y obstetra, y después de releer lo que se escribe sobre Sócrates, ya que él no parece que escribiera mucho, entregado al lenguaje oral con sus discípulos, me di cuenta de que mi amigo en su calidad de obstetra y yo como psicólogo clínico, nos dedicamos a lo mismo. Tratamos como hacía, Fainarate la madre de Sócrates, de ser comadronas. Los cuatro: Fainarate, Sócrates, Carlos (mi amigo) y yo, nos dedicamos a lo mismo. Así parece ser que lo decía Sócrates: “soy hijo de una tremenda y excelente partera… me dedico al arte de mi madre… el arte de despertar y de hacer cesar los dolores del parto intelectual” (Teeteto, 151 b). Todos contribuimos a que nazca el ser del sujeto.

Para conseguir que este “dar a luz” del conocimiento, no doliera mucho, inventó un método que todavía se usa, aunque menos de lo que se debiera, me refiero a LA MAYÉUTICA, así en mayúsculas luce más, como se merece. Un método que tiene mucho en común con el psicoanálisis, donde se evita la sugestión y al terapeuta como amo del saber, y se propone hacer dilatar la mente, para un parto intelectual indoloro, donde se extrae el neonato del conocimiento, que estaba dentro del sujeto, en forma de elaboración, y que cambiará la posición subjetiva del paciente, al conocer nuevas verdades que recomponen su vida.

El método obstétrico (mayéutica significa obstetricia) consigue que el conocimiento la verdad (aletheia) del sujeto, aparezca, a través de un diálogo asimétrico, que saca el inconsciente de la represión.

Sería un excelente método que se podría aplicar a la enseñanza, para que el alumno aprenda de forma dinámica, descubriendo los conocimientos por sí mismo, con la ayuda de su maestro, y no como sujeto pasivo en el que se depositan los conocimientos, que muchas vecen lo atragantan, causándole algo muy grave: el desasosiego por aprender. En cambio la mayéutica utiliza el deseo de aprender, y lo constituye como un valor en sí mismo. Si un profesor pudiera transmitir el deseo de aprender, conseguiría lo más importante y su trabajo sería mucho más fácil.

El final del método socrático es llegar a la aletheia (también llamada anamnesis), de la cual hablaré en otro momento, base del conocimiento y de la extracción y abstracción de la verdad. Concepto que retomó Heidegger en el “Ser y el Tiempo”, donde la obra de arte, en sí, como parto del artista, podría ser un medio para alcanzar la verdad.


Finalmente quisiera que quedara como reflexión final que la Mayéutica posibilita llegar a poder extraer de nosotros mismos, los conocimientos necesarios sobre determinados problemas que nos pasan, que pueden ser curativos, aunque para ello necesitaremos siempre, la ayuda de un obstetra o psicoanalista.

1 comentario:

  1. Por alusiones de mi querido amigo me es muy grato comentar este articulo que me retrotrae a la Obstetricia que era posible practicar antes que la autodenominada "Medicina Basada en la Evidencia" y la (indi...) "Gestión" de datos y facturaciones irrumpieran como elefante en cacharrería en la practica médica en todas las especialidades y hospitales.
    Era un momento luminoso donde la interdisciplina producía lo que es tan dificil hoy, que ambos pudieramos aprender del otro, explicándonos las jergas en vez de encerrarnos en ellas y "alumbrando" un Obstetra advertido de su omnipotencia y de la diferencia entre demandas y deseos de las pacientes y un Psicólogo Clínico capaz de intervenir eficazmente en un Servicio hospitalario promoviendo interesantes sesiones clínicas donde no todo era organizar el trabajo, vigilar el cumplimiento de protocolos y evitar juicios por malapraxis.
    Tambien habia espacio para reflexionar sobre qué les pasaba a las pacientes y a los médicos en tanto sujetos ante la imposible tarea de curar o ser curado. ¿Podremos recuperar algo de esto en estos tiempos de omnipresencia del Mercado?
    Sigo apostando por ello en cada consulta y en casa nacimiento, pero es muy dificil transmitir esto a las nuevas generaciones, presionadas a aprender de los protocolos y las estadísticas, que antes eran meros instrumentos.
    Socrates sería muy molesto hoy como instructor de Medicos Internos Residentes...
    Gracias por el recuerdo, Juan Ignacio y por seguir haciendo pensar
    Carlos Damonte Khoury

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