miércoles, 16 de marzo de 2016

España necesita un psicólogo

En recientes declaraciones sobre la situación política de España, Antonio Banderas, el actor de cine holiwuliano (es un neologismo), ha declarado que: "España lo que necesita no es un presidente, sino un psicólogo que nos diga que somos mejores de lo que creemos". Me hizo mucha gracia esta aseveración del famoso, de edad parecida a la mía, aunque en el físico no nos parezcamos tanto; menciono la edad porque ha vivido una época similar a la mía,en esta nuestra piel de toro (expresión ahora mal vista).
Y me llama la atención por dos cuestiones: en primer lugar su fe en la psicología para arreglar los problemas sociales. Aspecto muy interesante, ya que la psicología comunitaria o social, sí que puede ayudar mucho a los grupos sociales, colectivos, porque tiene una sensibilidad con los que sufren, si hablamos a nivel municipal, autonómico, etc. Pero respecto a todo un país, supondría una excesiva valoración de esta disciplina.
En segundo lugar, la referencia a la baja autoestima de los españoles, porque pensamos que somos peores de lo que somos. Esto parece más una autorreferencia, que tendrá que ver con lo que tuvo que superar el actor en su periplo americano, emigración que no tiene que ver con la emigración anterior española, que era claramente diferente a la actual. Eran obreros los que tenían que mantener a familias hambrientas, en una sociedad devastada por una guerra civil insensata. En relación también con la salud mental de fanáticos que destruyeron un país, por su ideas megalomaniacas dignas de estudio psicológico. Si Franco hubiera ido al psicólogo, quizás sus características psicopáticas no se hubieran materializado en un golpe de estado, sería interesante analizar esta cuestión, en una novela histórica de ficción, del estilo de "locos no egregios" a lo Vallejo Nágera (J-A). Pero también hay que decir que los psicópatas no va a análisis, no tienen conciencia de enfermedad.
Lo curioso es que elevar artificialmente la conciencia de ser mejor, es decir creerse mejor que los demás, como sobre compensación de una baja estima, lleva a la megalomanía, y al maltrato, de esto sabe mucho el inconsciente de los maltratadores de género, que minan a las mujeres para considerarse ellos mejores.
Pero dejando el aspecto patológico, si estoy de acuerdo con Antonio (B.) en que nuestra generación sí que sufría de baja auotestima, por eso nos alegrábamos de los logros de los españoles fuera de nuestro país, como si nuestro hermano mayor nos defendiera ante lo extranjero, (entendido como lo que es difícil de entender). Pero no creo que sea el problema actual, una vez conseguido equipararnos a los demás países, siendo campeones del mundo y de Europa de fútbol, ya nos consideramos (desde los cuarentones para abajo), como iguales a los demás, incluso ya somos igual de altos (hasta tenemos a un Rey que pasa la media… de altura).
El problema más que de autoestima puede radicar en vencer la costumbre de que manden más de uno; esto también se ha conseguido en las familias españolas, ya no manda sólo el pater familias, se ha conseguido una democratización en el poder familiar, mucho más generalizado que antes, ahora se hace caso a papá y a mamá, incluso muchas veces suelen estar de acuerdo.
Por falta que esto se extienda al poder, Los españoles en sus votaciones han demostrado estar de acuerdo en tener un gobierno con varios partidos, de color ya no tan azulado, pero son los partidos los que no quieren compartir ese poder. Este es el tema que se repite: la erótica del poder. Ejercer el poder sí que tiene que ver con la autoestima, satisface sexualmente (sobre todo a los más perversos) y te coloca en un lugar superior a los demás que a todos les cuesta dejar. Por eso en muchos países se limita constitucionalmente: ejercer el poder más de 8 años, ya que puede convertirse en algo megalómaniaco y por tanto enfermizo, de mal pronóstico.
Entenderse entre los partidos es algo a lo que no están acostumbrados, hasta ahora podían hacer y deshacer con gran impunidad, por ello la corrupción, por eso los españoles también queremos un gobierno en el que el entendimiento  de varios, haga que se vigile la corrupción y las decisiones sean más consensuadas y por ello más cercanas al pueblo.