lunes, 18 de abril de 2016

Absentismo y terapia familiar

Quizás pueda resultar exagerado plantear una terapia familiar cuando estamos hablando de absentismo, pero cuando la falta a clase es prolongada, crónica, significa que tiene valor de síntoma. Constituye una llamada de alerta, una llamada inconsciente de atención hacia los problemas de un/a menor, que atañe directamente a la familia. Y este tipo de síntomas es necesario analizarlo en profundidad, con la familia y a menudo, en red: haciendo partícipe a educación y a servicios sociales.

Las consecuencias de que no se trabaje suficientemente este tema, harán que intervenga Fiscalía de Menores protocolariamente, y las sanciones podrían llegar a pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses, o incluso la suspensión de la patria potestad (artículo 226 del Código Penal). Podemos apreciar por tanto que el tema es muy grave.

Principales causas
A parte de las que ya se conocen de forma popular y para no extenderme demasiado, comentaré las que para mi experiencia de trabajo de forma pública y privada, en este tema he tratado a lo largo de más de 30 años. En estos casos las causas principales se refieren a:
-  Falta de interés de los padres por los estudios, sin valorarlos expresamente, incluso a veces ridiculizando el temario o los profesores.
“Absentismo” de los padres de la vivienda familiar, respecto a pasar demasiadas horas por motivos laborales principalmente fuera de casa, delegando muchas veces el cuidado de los hijos a los abuelos u otros cuidadores.
 - Falta de comunicación intergeneracional, que supone no saber que hacen sus hijos/as, que aficiones, amistades, tienen.
Conflictos entre los progenitores, por los derivados de la separación, estilos educativos diferentes.

Conveniencia de la terapia familiar
Podría decirse que el absentismo escolar y muchos problemas que se plantean en la familia, se relacionan con la falta de conexión, comunicación entre padres e hijos. La falta de interacción lleva a un sentimiento de abandono, de no ser importante para los padres y de ahí, de falta de autoestima, de falta de interés por la educación, desviándose el interés a lo que pasa fuera de los centros educativos, a fugarse de las clases para conocer otro mundo que ofrece otros atractivos y ninguna exigencia.

Si estas escapadas se hacen con otros compañeros de aventuras, el problema se agrava ya que el atractivo por el mundo exta-escolar va en aumento, y puede llevar a “sustituir” a la familia, por el grupo de colegas (banda por ejemplo).

La terapia familiar consiste en hacer consiente a la familia de todo esto, provocando un giro importante a la situación, empezando por conciliar la vida laboral con la familiar, aumentando la presencia en casa, para que el menor no se sienta sólo. Aumentar el interés por los estudios (entrevistas periódicas con profesores y conocimiento de las dificultades de los hijos/as). Conocerlos mejor sin comparaciones. Tratar de mejorar la comunicación, demostrando previamente interés por los que sienten, piensan...

La terapia familiar permite que todo este proceso sea mucho más fácil, por contar con la ayuda de un profesional que supervise todo este replanteamiento familiar.

La efectividad depende, de que los padres estén convencidos de que todo este cambio es necesario. Es imprescindible hacer un ejercicio de autocrítica por los padres, para reconocer la deriva peligrosa que se ha sufrido por el absentismo, y se trate de corregir con suficiente atención, ayudando a sus hijos/as en hacer ver la importancia de los estudios para el futuro, habilitando medios complementarios (terapia, clases particulares, …), para que este desenganche con la vida escolar, motivado por cierto desenganche en la vida familiar, no sea irreversible, y se puedan retomar los estudios, sin excesivos problemas.

En la Comunidad Valenciana existen unos equipos que pueden llevar a cabo esta terapia de forma gratuita; me refiero a los Servicios especializados de atención a la infancia (SEAFIs), que dependen de los Ayuntamientos y que están en coordinación constante con los centros escolares. Me imagino que en el resto de Comunidades Autónomas existirán servicios públicos similares.