Posverdad es un nuevo término que se incluirá en el
diccionario de la RAE, y se refiere a aquella información o aseveración que
no se basa en hechos objetivos, “sino que apela a las emociones, creencias o
deseos del público”. Cuando los hechos objetivos tienen menos influencia en
definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias
personales.
Este nuevo término constituye un
punto de inseguridad, de malestar en el individuo bastante importante, y que
cuestiona los conceptos establecidos de ‘verdad’ y ‘mentira’. A partir de ahora
tendremos que pensar muy bien lo que podemos creer y lo que no.
La posverdad se ha utilizado
continuamente en periodismo, en publicidad, en campañas políticas. Es la verdad
de los charlatanes. Durante la campaña de Donald Trumb, ha funcionado muy eficazmente para sus seguidores y ha supuesto el cuestionamiento del periodismo clásico. Ha sido eficaz, esparciendo verdaderas mentiras con semblante de verdad, (por ejemplo, se
decía que Obama no era americano). El periodismo menos riguroso, el
periodismo amarillo difunde noticias sin contrastar continuamente. Luego
rectifica o no. La fe de erratas de antaño tendría que ocupar ahora varias
páginas en muchos periódicos de papel o digitales. Los lectores ya no se fían como
antes, incluso en la televisión se establecen verdades sin fundamentar, que
luego no son ciertas. El uso consciente de la mentira, bajo el traje de posverdad, ha servido para manipular a la opinión pública.
Los términos verdad y
mentira ahora toman una nueva dimensión, y responden cada vez más, a lo que
siente el sujeto, a la psicología cotidiana. Tres hermanos contarán el mismo
suceso acaecido en su infancia de tres formas diferentes, estando seguros de
que aquello fue así. Cada uno poseemos nuestra verdad y pensamos que es la
auténtica, porque se fundamenta en nuestras emociones creencias o deseos, por
tanto nuestra verdad es nuestra posverdad, ya que se basa en hechos subjetivos.
LA VERDAD EN PSICOANÁLISIS
En psicoanálisis conocemos bien
esta cuestión, y en los análisis sabemos que es la posverdad la que interesa,
es decir la verdad que se cree el sujeto, y que confiesa como hechos ocurridos
sin aparente discusión. Luego comprobará que las cosas no son como las
recordaba, ni como las creía.
En determinadas patologías dentro
de las psicosis, la verdad en el sujeto se torna en certeza, aquello que dice
es incuestionable y no tiene vuelta de hoja. La terapia tiene que andar en
estos casos, por otros caminos, según la técnica, ya que aquí la verdad es un
muro que se levanta sin restricciones.
En el psicoanálisis se analiza la
verdad del sujeto, la verdad inconsciente, productora de síntomas, su
creencia en esa realidad vivida, es la que produce la enfermedad. Por eso no se
funciona como un detective que intenta recomponer el suceso, para encontrar el
origen del problema, en forma de verdad autentificada.
LA VERDAD EN LA CIENCIA
La verdad está menos cuestionada
en la ciencia, dado que recibe continuas comprobaciones. La verdad dentro de la
ciencia, ofrece mayor credibilidad. Determinadas revistas son muy rigurosas y
se han ganado su prestigio a partir de contar las verdades científicas contrastadas.
Para ello existe todo un procedimiento basado en la demostración de las
hipótesis que desarrollan los descubrimientos, y que van interpretando la
realidad desconocida, dejando cada vez menos territorio a la religión, o a la filosofía.
La religión se basa en la posverdad, en admitir una verdad basada en la fe. No hay cuestionamiento ni crítica posible, o se cree o no.
La filosofía a lo largo de la
historia ha mostrado un camino teórico que la ciencia ha allanado y definido.
En la antigüedad los filósofos eran también científicos. En el Renacimiento
figuras como Leonardo encarnaban al artista y al científico, en busca de la
belleza y la verdad.
En la actualidad todo marcha a
mucha más velocidad y con el nuevo siglo se especializa en apartados pequeños del conocimiento humano. Cada vez hay menos
espacio para la incertidumbre. Aun así todavía resuena el principio de
incertidumbre de W. Heisemberg (1925), que muestra cierta indeterminación en la
física cuántica.
También la localización de los
sucesos físicos en la relación del tiempo y el espacio es relativa según donde
nos situemos, y muestra otra verdad relativa, dentro de la teoría de la relatividad
(Einstein 1905 y 1915)
Incertidumbre, relatividad, no
son principios muy populares, pero muestran también los límites que la ciencia
tiene
LA DUDA EXISTENCIAL
Todo lo dicho tiene su carácter
relativo, pero esta relatividad tampoco nos tiene que llevar a la duda sistemática,
en un nuevo cartesianismo, sabemos los límites de la verdad, y estos límites
nos pueden hacer abrir los ojos para no ser tan excesivamente creyentes en los
planteamientos de políticos que sólo buscan apoyos incondicionales, o ser más
críticos con la publicidad que trata de convencernos con posverdades a veces
ridículas.
Alguien decía que este neologismo
podía hacer tambalear el sistema, si es así bienvenido sea, puesto que nuestro
sentido crítico tiene que analizar las verdades con las que nos encontramos a
diario, y no creernos tantas cosas. El proceso de razonamiento tiene que ser
más selectivo y riguroso, con las personas que nos intentan engañar para
conseguir su beneficio.
La sociedad está llena de
trileros que con sus juegos bien estudiados, juegan con la verdad delante de
nuestros ojos, escondiéndola y haciéndola aparecer donde creíamos que no estaba.